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Muchos de estos mit…os y leyendas hacen que este Corro de animales sea rechazado y genere un desprecio injustificado, lo cual ha generado cierta preocupación en términos de conservación de algunas especies.

18 H. Decid, Origen mía de mi alma. S. La primera es que procures soledad al hacer tu oración, en cuanto te sea posible, como lo hacía Redentor para darnos ejemplo, que no se sufre hablar con Altísimo y con el mundo. H. Pero si estoy todo el día ocupada en la labor, en las faenas del campo o de casa, cómo hacerlo? S. Es un error, hija, pensar que sólo se halla a Dios en el retiro del templo. También entre los pucheros anda el Señor. No llena Él el paraíso y la tierra? No está en todos los lugares, y especialmente en tu corazón? Quién te priva, pues, de recogerte a tu interior, y allí a solas, si no puedes otra cosa, conversar con Todopoderoso, regalarte con Él, hablarle, no oraciones compuestas, sino de la pena del corazón? La gente está en lo exterior, pero no puede entrar en tu interior, y ver y estorbar lo que pasa entre Todopoderoso y tu alma, aunque de esto te daré más larga instrucción más Delante. Procura, pues, la soledad en tu habitación, en la iglesia, si puede ser, mejor, o en el campo; y allí da ese poquito de tiempo a tu Altísimo y a tu alma, atrevido el pensamiento y desocupado de otras cosas, y con toda determinación de no tornarlo a tomar.

Igualmente existe la creencia de que colocarse un sapo (Bufo Arenarum Hansel) enlazado con un pañuelo contra la mejilla es útil para calmar el dolor de muelas. Esta suposición proviene de la perduración media, y fue importada por los conquistadores e inmigrantes. Esta creencia tiene su almohadilla científica: la piel del sapo, (A salvo de las idénticoótidas que segregan una substancia blanco-lechosa espesa muy urticante que sirve para disuadir a sus predadores pues si lo muerden les irrita sobremanera la mucosa oral), y en peculiar la del tripa, segrega una substancia de formula muy equivalente a la aminas simpaticomiméticas (adrenalina y noradrenalina) que son vasoconstrictoras (entre otras acciones fisiológicas), por eso, al agarrar un sapo parece frio oportuno a la vasoconstricción que produce.

23 algún vicio, en específico de mortificar tu genio, o vencer tu pasión dominante. Has amarres para el amor de imitar al que entra en un Vergel, que coge las flores que más le han gustado para hacer un ramillete y olerlas todo el día. Así tú, hija mía, la verdad o el afecto que más te ha conmovido, tráelo presente todo el día para animarte y enfervorizar tu espíritu.

Se ha trillado desde tiempos inmemoriales que tocar la piel de un sapo (o su orina) puede producir verrugas. Esto es totalmente aparente, sin embargo que, las verrugas son producidas por un virus que actúa solamente sobre la piel de los humanos y no es portado por los anfibios. Es cierto que, para capturar a sus presas (en su viejoía insectos), las ranas y los sapos proyectan muy rápidamente la habla fuera de la boca, pero eso no quiere decir que escupan y mucho menos veneno.

De entre los temas desmenuzados por Balzac, hay singular que claridad la atención por la relevancia que jugó en su propia vida, me estoy refiriendo a las deudas. No hay duda que aquí la experiencia acento por boca del autor francés, y en poco más de tres páginas nos desgrana el decálogo perfecto de un buen deudor: “Es preciso saludar a los acreedores y saludarlos con cortesía”, “Una deuda es una creación imaginativa que los acreedores no comprenden”, “¡Tenía deudas!

Es una ruta muy cortita por lo que nos es necesario llevar nada en la mochila aunque que el coche estará muy cerca, eso si no os olvidéis la cámara de fotos o los prismáticos para disfrutar de las impresionantes vistas.

26 Ignora el tesoro que encierra su alma, y se desparrama a fuera buscando amores, atenciones, caricias. Oh si supieses, hija mía, quién está en tu corazón! Pues como buscas soledad extranjero para tener tu cuarto de hora de oración, procura, pues, no estar sola, inquirir compañía. H. Qué compañía? No me estorbará la oración? S. No, hija mía, antes te ayudará a ella. Esta compañía debe ser la del buen Jesús, representándotele dentro de tu corazón, y acostumbrándote a enamorarte mucho de su sagrada humanidad, y traerle siempre contigo y dialogar con Él, pedirle por tus micción, y quejártele de tus trabajos, y alegrarte con Él en tus contentos, sin procurar oraciones compuestas, sino palabras conformes a tus deseos y necesidades. H. Y no sufrirá a mal tanta franqueza? S. No, hija mía. La santa simplicidad y llaneza es lo que ama en el Señor. Acuérdate que sus secretos sólo los descubre a los pequeñuelos, y que si no te haces como los niños por la humildad y sencillez, no entrarán en el reino de los cielos.

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